EZEQUIEL 24:13(T.L.A.)
El ejemplo de la olla hirviendo.
”Tú Jerusalén, eres como una olla oxidada. Tienes tan pegado tu pecado,
que aunque quise limpiarte no quedaste limpia. Solo quedaras limpia después de
que te haya castigado”.

Pero bueno volviendo al
versículo pude ver la comparación que Dios con su gran sabiduría le dice a
Ezequiel para advertir a Jerusalén su pueblo que esta tan contaminado de pecado
que es capaz de parecerse a una olla oxidada, una olla que está en sus últimos
se puede decir alientos de vida, una olla de las cuales es bien pero bien difícil
quitarle la suciedad de forma sencilla si no que en el peor de los casos para
quitar la suciedad de esa olla se le tiene que quitar un pedazo mismo de ella.
Nosotros como pueblo de Dios no debemos dejar pasar esta
palabra porque Dios es tanto de amor como Padre justo y solo quiere lo mejor,
este versículo me indica que ya es hora de que acaben los juegos, YA BASTA DE COQUETEAR CON EL PECADO
porque si lo seguimos haciendo le obligaremos a que Dios nos castigue para
poder limpiarnos y seguir siendo su pueblo santo (Ezequiel 24:14).
“De eso me encargaré yo mismo. No voy a cambiar de parecer. Voy a
castigarte sin piedad ni compasión, por todo lo que has hecho. Te juro que
lo haré; ya he dado mi palabra, y la cumpliré.”
Como ya lo sabemos y hasta lo pudimos comprobar Dios cumple
todas pero todas sus promesas, ninguna se queda sin cumplir así que tomemos
bien en cuenta esta palabra que nos anima a cambiar, a no seguir como antes y a tener en cuenta de que tenemos que consagrarnos ante Él buscando cada día mas su santidad.
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