martes, 20 de noviembre de 2012

Ascendencia divina gracias a Cristo

JUAN 3: 5-8


El ser un hijo de Dios no es cualquier cosa según los versículo 5 y 6:
 "Jesús le respondió:
—Te aseguro que si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6 Todos nacen de padres humanos; pero los hijos de Dios sólo nacen del Espíritu."
Porque ademas de nacer de carne renacemos de agua y espíritu gracias a Jesús, me he puesto a pensar mucho en esa parte que dice agua y espíritu y creo que nos indica renovación, es decir limpiarnos, prepararnos para recibir el espíritu de Dios y el espíritu creo que se refiere al momento de aceptar aquel privilegio de su amor y salvación, es decir aceptarlo como Salvador de nuestra vida.

En el versículo 7 Jesús dice: 
"No te sorprendas si te digo que hay que nacer de nuevo."
Jesús lo dice porque para poder estar con Dios debemos estar limpios de todo pecado que nos impida estar y darle el 100 % de nosotros.

Y en el versículo 8 dice: 
El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su sonido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así también sucede con todos los que nacen del Espíritu.
Yo creo que se refiere a llevar su mensaje, que se tiene que esparcir como el viento en la tierra y también porque los que lo oyen y les presta atención obtienen una paz refrescante y tranquilidad disfrutando de la brisa en cambio a los otros que no le prestan atención no llegan a obtener aquella paz refrescando y tranquilidad que se obtiene al disfrutar de la brisa.

En conclusión nosotros los hijos de Dios somos especiales en todo sentido,como dice en otra porción de la biblia somos LINAJE ESCOJIDO y a nosotros Dios nos tiene cuidado especial porque puede notar la predisposición de nuestro corazón junto con nuestra predisposición y determinación. Así que tenemos una ascendencia divina gracias a Cristo, porque lo aceptamos como nuestro Señor y Salvador.

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