JUAN 3: 5-8
El ser un hijo de Dios no es cualquier cosa según los versículo 5 y 6:
"Jesús le respondió:
—Te aseguro que si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6 Todos nacen de padres humanos; pero los hijos de Dios sólo nacen del Espíritu."
Porque ademas de nacer de carne renacemos de agua y espíritu gracias a Jesús, me he puesto a pensar mucho en esa parte que dice agua y espíritu y creo que nos indica renovación, es decir limpiarnos, prepararnos para recibir el espíritu de Dios y el espíritu creo que se refiere al momento de aceptar aquel privilegio de su amor y salvación, es decir aceptarlo como Salvador de nuestra vida.
En el versículo 7 Jesús dice:
"No te sorprendas si te digo que hay que nacer de nuevo."
Jesús lo dice porque para poder estar con Dios debemos estar limpios de todo pecado que nos impida estar y darle el 100 % de nosotros.
Y en el versículo 8 dice:
El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su sonido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así también sucede con todos los que nacen del Espíritu.
Yo creo que se refiere a llevar su mensaje, que se tiene que esparcir como el viento en la tierra y también porque los que lo oyen y les presta atención obtienen una paz refrescante y tranquilidad disfrutando de la brisa en cambio a los otros que no le prestan atención no llegan a obtener aquella paz refrescando y tranquilidad que se obtiene al disfrutar de la brisa.

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